Wednesday, March 05, 2014

Chávez: un fraude sin fin

 Yo no voy a celebrar el primer aniversario desde que Chávez estiro la pata.  Realmente deseo que él estuviese vivo y tuviese que lidiar con el desastre que ha dejado atrás, uno de los mayores fraudes históricos que se han perpetrado y que se demostrará una vez que podemos hurgar libremente en lo que ocurrió desde 1992, e incluso antes.


Hugo Chávez ha sido un fraude a lo largo de su vida. El único misterio es ¿cómo es que tantas personas cayeron en sus trampas durante tantos años? Son pocos los que, como su servidor, nunca se creyeron el cuento, aunque reconozco que por un tiempo en 1999 y principios del 2000, pensé que no era tan malo como en realidad lo era, que su maldad era agravada por las manipulaciones de las dos viejas alcahuetes de Miquelena y Rangel. Pero a mediadoChávez : un fraude sin fins del 2000, ya estaba convencido de que Chávez era la peor maldición que jamás hubiese golpeado al país nacional, sólo superada, tal vez, por Boves. En cierto modo las dos viejas arpías fue el único fraude con el Chávez logró medio engañarme.

No digan que estoy hablando mal de los muertos: Escribí suficientemente mal de Hugo cuando estaba vivo así que tengo la moral para exigir que no me endilgue de ese pecado.

Chávez era un fraude antes del 1992 porque era un militar traidor a su juramento que tramaba por la desaparición de la democracia. Ojo, no la desaparición de AD o COPEI, la desaparición de la democracia, no se confundan.

Chávez fue un fraude en 1992 porque fracasó miserablemente en su parte del golpe de Estado y abandonó a su suerte a los que sí tuvieron éxito en su misión. Fue doblemente un fraude con ellos, porque no tuvo reparos en ser el centro de atención a pesar de fracasar en lo que era, posiblemente, la parte más fácil del golpe.

Él fue un fraude entre 1992 y 1998, ya que después de abrazar una actitud de abstención y un enfoque nacionalista se pasó como un vulgar oportunista a las ideas de la izquierda y decidió  participar en las elecciones que ganó con pretextos falsos. Pero esa no sería la única vez que se presentaría a elecciones bajo falsos pretextos.

Él fue un fraude cuando hizo redactar una nueva constitución con una Asamblea Constituyente que excluía el 40 % del país de sus debates. No es que importara mucho, porque también fue un fraude con sus propios seguidores ya que al final fue él quien en la práctica escribió los artículos de la Constitución que realmente le importaban. Y él fue el mayor fraude de su propia constitución ya que comenzó a violarla a los pocos días de su aprobación cuando se agarró el control del Poder Judicial.

Él fue un fraude con sus aliados políticos al descartarlos según su conveniencia, para volverlos a llamar a veces ya totalmente humillados y corrompidos. Él fue un fraude con quienes lo hicieron elegir al abandonarlos electoralmente tan pronto como pudo, o simplemente abandonarlos por completo tan pronto fue posible. La corte que lo rodeaba en su último año tenía muy, muy poco del séquito que lo llevó al poder en 1999, tan despiadado fue él con aquellos a quienes debía favores.

Él fue un fraude a la prosperidad del país al ofrecer uno y otro modelo, cuando en realidad lo único que siempre hizo fue sacar del camino a quien o que pudiera tener la más mínima oportunidad de generar sombra alguna sobre él. Fue por lo tanto un fraude ideológico, porque lo único que le preocupó fue la creación de lealtad incondicional, perruna, hacia su persona, siendo la coherencia ideológica la menor de sus preocupaciones.

Él fue un fraude democrático, porque sus discursos sobre la democracia eran huecos, sin substancia, cuando en realidad él siempre estuvo tratando de crear una corporación donde sus siervos serían los únicos que tendrían acceso a la riqueza y el poder, pero no mediante la creación de nuevas posibilidades, sino a través de la destrucción de lo que estaba en el camino. El robo se convirtió en política de estado.

Todas sus promesas eran un fraude, porque al final nos hemos convertido en una sociedad más dividida, una sociedad más dependiente, una sociedad menos creativa, una sociedad más pobre. Y una sociedad moralmente miserable.

Pero se reservó sus dos mayores fraudes para el final.

Uno de ellos fue que pasando por nacionalista, no tuvo reparos en entregar el mando del país a una potencia colonial que era de calidad muy inferior a la víctima colonizada.

El otro fue participar en la campaña para su reelección en el 2012 a sabiendas de que iba a morir en cuestión de meses de la votación. Para asegurarse de que una vez más una elección bajo motivaciones falsas podría llevarse a cabo exitosamente, decidió a finales del 2010 destruir la independencia económica del país, comenzando con la destrucción del parlamento y terminando hipotecando al país.


Hoy, 365 días después de su muerte oficial, el fraude de la fecha su muerte real fue perpetrado por otros, estamos pagando el precio al tener un país en bancarrota, desgarrado por una terrible división fraternal, mientras los narcotraficantes y funcionarios corruptos hacen lo imposible para conservar la nimia protección que el poder pueda ofrecerles. En cierto modo, incluso después de su muerte, Chávez sigue cometiendo fraude en contra de nosotros. Él nos prometió un liderazgo sólido para su reemplazo, pero ese liderazgo resultó tan paupérrimo que ya reveló antes de su muerte oficial ser moralmente corrupto, ser un grupo de violadores de la Constitución hoy convertido en dictadores asesinos.

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Adaptado de original en inglés con la ayuda de PO-

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